De acuerdo con las orientaciones emanadas de los cuerpos normativos que nos rigen, se deberá buscar activamente la integración de profesores capacitados y dispuestos a promover la identidad católica de la universidad. En un clima de pleno respeto por la libertad religiosa y de consciente, la Universidad acoge como una riqueza la presencia de académicos no católicos, de quienes espera el mismo respeto en cuanto a su identidad católica y los principios y valores que la sustentan.
Quienes ingresen a nuestra universidad deberían destacarse por sus virtudes, cualidades personales. Habilidades de comunicación, competencias relacionales y pedagógicas necesarias para un buen desempeño docente y una buena integración a la comunidad académica.
La capacidad para llegar a ser un investigador con autonomía supone haber obtenido, como mínimo*:
- Grado de Doctor
- Preferentemente contar con algunas publicaciones resultantes de su trabajo de tesis.
*Excepciones son algunas de las escuelas profesionales donde los programas de estudio contemplan la enseñanza de aspectos prácticos, lo que hace necesaria la participación de académicos que, a la vez, son distinguidos profesionales activos. Asimismo, en ciertas disciplinas artísticas, este requisito puede ser reemplazado por la probada capacidad para realizar obras, calificado ejercicio profesional y aportes intelectuales relevantes de alto impacto en sus áreas específicas.
En el medio universitario es calificado como un signo de fortaleza el contar con académicos formados en diversos centros de excelencia, ya que ello es reflejo tanto del factor de atracción de talentos que esta institución tiene en el concierto internacional, como el grado de apertura y riqueza que ello representa, frente al riesgo de cerrarse en los límites de la propia experiencia.
Sin embargo, aunque ello es igualmente válido para una institución como la nuestra, esto adquiere un matiz cuando se advierte que un alto porcentaje de los mayores talentos provenientes de la educación secundaria del país se forman a nivel de pregrado optan por esta universidad, por lo que algunos de los mejores candidatos pueden provenir desde nuestras propias aulas. Frente a esta realidad, más que dificultar el ingreso de estas personas, se debe procurar que realicen sus estudios de perfeccionamiento en calificados centros académicos de sus respectivas disciplinas y, en el caso de obtener el grado de Doctor en nuestra propia Universidad, completar su preparación con trabajos de postdoctorado en algún centro de referencia internacional.
La selección objetiva de antecedentes, para la incorporación de académicos en las categorías ordinarias y especiales, deberán ser aprobadas por las autoridades pertinentes.